viernes, 21 de octubre de 2022

Rafael Alberti/ Roma, peligro para caminantes. Comentarios

Rafael Alberti/ Roma, peligro para caminantes. 

Un libro escrito desde el exilio.

Recopilación de datos, análisis y comentarios.

 por Sandra Gutiérrez Alvez

 



En los años 60, representativos de un quiebre en la mentalidad y forma de vida del siglo XX, caracterizado políticamente por confrontaciones internacionales y críticas a las acciones de los gobiernos en distintas partes del mundo, cuando florecieron movimientos de protesta como los iniciados contra la guerra de Vietnam; contra la invasión de las tropas soviéticas en Checoslovaquia, en la Primavera de Praga; o contra el orden establecido en Mayo del 68 (1), siendo precedente, entre otros para toda la movida de que surge en los 70 en Latinoamérica; en ese mundo cambiante de los 60 se escribe el libro que vamos a comentar hoy.

Recordemos que en los 50- 60 emerge en occidente una nueva izquierda que llevó a un renacimiento del interés por el socialismo libertario, una nueva izquierda que critica el autoritarismo de la izquierda antigua, asociada con un gran interés por la libertad personal y la autonomía de donde surgen los movimientos anarquistas que influyen en la contracultura de toda esa década. (2)

Recordemos también que en 1960, con la aprobación de la píldora anticonceptiva comienza una revolución sexual y de liberación de la mujer que tiene un quiebre importante en el año 1963 con la aparición del libro La mística de la femineidad de la escritora estadounidense Betty Friedan, que marca el comienzo de una nueva ola de feminismo que duraría hasta los años 80 (3)

También en 1963 Martin Luther King pronunció su discurso "I have a dream": “Yo tengo un sueño”, discurso que tuvo como consecuencia la apertura a la legislación de los derechos civiles de la nación y la equidad para las clases sumergidas. Un Martin Luther King, que sería asesinado cinco años más tarde en una década en que se sucedieron asesinatos políticos en todo el mundo.(4)

En Argentina, como en otras partes del hemisferio sur, desde 1963, las Fuerzas Armadas, alarmadas y hasta obsesionadas– con el peligro comunista habían adoptado como propia a la doctrina de la seguridad nacional difundida por Estados Unidos desde la Escuela de las Américas, con el objetivo de garantizar el orden interno y defender la «civilización occidental y cristiana» de «ideologías foráneas»; es así que por este medio se fueron sucediendo desde esa fecha dictaduras militares permanentes en toda Latinoamérica- (5)

En ese cambiante y revolucionado mundo de los años 60 se escribe el libro que vamos a comentar hoy.

Y muy especialmente quise destacar hechos de 1963, porque ese fue el año en que nuestro autor en cuestión, que estaba viviendo en el exilio en Latinoamérica, vuelve a Europa, a una Europa, también, muy distinta a la que había dejado cuarto siglo atrás.

Y en todo este tejido que contiene a los habitantes del mundo en los 60. En ese tejido cambiante, evolutivo, de descubrimiento, de crítica, de crecimiento y hasta de decadencia en algunos aspectos se desarrolla Roma, peligro para caminantes del poeta y pintor español Rafael Alberti del cual hoy nos ocuparemos para para invitarlos a la lectura y presentarles esta, que es la obra cumbre por extensión y variedad, del poeta gaditano.




Rafael Alberti, vino a este mundo apenas nacido el siglo XX en El Puerto de Santa María de Cádiz, donde vivió su niñez y adolescencia. Y desde donde partió a su primer exilio, en la capital española, con 15 años, cuando en el 17 se mudó a Madrid con su familia y comenzó su carrera como pintor participando en algunas exposiciones. Pero el Alberti poeta nace después de la muerte de su padre, en 1920, por una necesidad personal de escribir ante encontrarse con la muerte. Tal fue su descubrimiento que siguió el camino de la poesía y en 1924 recibió el primer Premio nacional de poesía, entregado en manos de Antonio Machado por su libro Marinero en Tierra, un poemario que escribió en San Rafael, durante el tiempo de recuperación de una afección pulmonar que tuvo y que es claramente un libro escrito desde la nostalgia, de un exilio donde el mar era su vida y tuvo que obligadamente abandonarlo – (6)



Marinero en tierra es un poemario del estilo del cancionero popular y quizá sea el libro más conocido y estudiado de Alberti que lo encuadra en la generación del 27, no solo por su relacionamiento con los otros miembros sino por la utilización del símbolo del mar y la frontera invisible, generación que marca su primera época pero que dista enormemente del Alberti que traemos hoy sobre el tapete, con una obra que quizá fue de mucho peso a la hora de concederle el premio Cervantes en 1983.

El dramático estallido de la Guerra Civil del 36 reforzó el compromiso que el poeta ya había adquirido años antes con el pueblo en su afiliación con el partido comunista. Es así que enfundado en el mono azul de los milicianos, colaboró en salvar los cuadros del Museo del Prado de los bombardeos de la guerra, acogió a intelectuales que se unían a la lucha en favor de la República y llamó a la resistencia en un Madrid asediado, recitando versos urgentes desde la capital del país hacia los campos de batalla más lejanos. (7)



Al terminar la guerra civil, tras la derrota republicana, Rafael Alberti y su compañera María Teresa León, como otros tantos españoles, se vieron obligados a abandonar su patria y se trasladaron a París comenzando su exilio fuera de España. Allí residieron hasta que el gobierno francés, y debido al auge del nazismo en Francia, les consideró peligrosos militantes comunistas, les retiró el permiso de trabajo con la amenaza que esto implicaba para sus vidas y otra vez zarparon al exilio rumbo a Buenos Aires a dónde llegaron en marzo de 1940. Su destino final era Chile, pensaban vivir junto a Pablo Neruda, pero por esas fechas Neruda fue nombrado cónsul en México, por lo que se vieron en Argentina sin papeles y sin destino. Primero fueron a vivir al interior del país en la estancia "El Totoral" de Córdoba donde nació su hija Aitana, luego al regularizar su situación se radicaron en Buenos aires. (7)


     Alberti y María Teresa León con su hija Aitana en Argentina.EFE


En Argentina, los Alberti vivieron unos 23 años donde el poeta escribió alrededor de 20 libros de distintos géneros y tuvo estrecha relación con intelectuales argentinos y uruguayos, ya que pasaba sus veranos en Uruguay en Punta del Este, balneario en que se emplazó su casa, La Gallarda, diseñada por el arquitecto, Antonio Bonet, también amigo del poeta. Amaba tanto ese lugar, que en 1991, cuando volvió para dar una conferencia a Buenos aires alquiló un avión privado con el motivo de sobrevolar sobre su antigua propiedad y visitarla, en esa oportunidad recuperó algunas pertenencias como libros que había dejado a su partida. (8)



                              Alberti, junto al Panel de la Amistad en La Gallarda, Uruguay

En la Argentina, vivió entre el 40 y el 63 y pudo desarrollar su obra y trabajar en los medios tanto él como su compañera María Teresa León , pero ya, sobre 1963, como lo mencioné anteriormente, la situación política se estaba complicando en la Argentina, y con ello su seguridad, por lo que tomaron la sabia decisión de marcharse a Roma, en otro exilio obligado, otro dejar atrás los amigos, los espacios, los paisajes para emigrar en este caso de vuelta a Europa, más cerca de su amada España-



En Roma, Alberti vivió intensamente. Se integró a los circuitos literarios a los gremios artísticos de la capital italiana que por esa época vivían una especie de edad de oro cultural, aunque Alberti en Roma, peligro para caminantes muestra una Roma en decadencia, con montones de basura, ratas, gatos callejeros y una complicada realidad popular de la urbe moderna. Centra el foco en los escenarios de devastada belleza y muestra su preocupación, como militante comunista, por la situación de los habitantes de la capital italiana, en lo que él llama la “humanidad simple, hormigueante y nerviosa” que vive “en los callejones sucios y entre muros corroídos, sórdidos vestigios y señales de una existencia en lucha por su pura supervivencia” (9)

Este libro es un tanto especial no solo por su extensión, por su variedad, por su estética, por su temática, sino también porque fue escrito en Roma desde el exilio, entre el 64 y el 67 y publicado en México en 1968 por la editorial Joaquín Mortiz, del editor Joaquín Díez-Canedo, hijo del escritor Enrique Díez-Canedo que también era un exiliado republicano español.






Este poemario como muchos otros libros de Alberti, signado y dividido en apartados o secciones, que en este caso, son cuatro, se caracteriza especialmente por la variedad de estilos y temáticas.

La primer parte llamada “X sonetos”, está enteramente dedicada al poeta del pueblo romano por excelencia Giuseppe Giochino Belli que entre 1824 y 1846 escribió 2279 sonetos en la lengua vernácula: el romanesco

Luego viene una sección llamada “Versos sueltos, escenas y canciones” —compuesto a su vez por 85 poemas divididos en secciones de cantos numerados y no numerados—, donde podemos ver una especie de caos ordenado y donde reina la sátira y la ironía.

Le siguen “X sonetos” a poetas españoles y “Poemas con nombre” poemas dedicados a otros artistas, principalmente italianos. (11)


Foto perteneciente a la colección particular de Carles Fontserè (Girona)
(Ruta Rafael Alberti-Cervantes virtual)


Todo esto precedido por un poema inicial titulado “Monserrato 20” que alude a la dirección de su primera casa en Roma. Un poema de 32 versos en una única estrofa, donde el sujeto poético desciende las escaleras que separan su casa del resto de la ciudad de Roma estableciendo un diálogo con ella y con los elementos que ella contiene. Es así que Alberti configura a la ciudad como un personaje múltiple usando el recurso de la prosopopeya en el que Roma es un ser vivo con el cual el sujeto poético entabla una relación simbólica.(11)

Durante este descenso, del primer poema, encuentra una voz interior, un personaje desconocido que lo encara, y le entrega al lector una especie de llave o plano para acceder a la ciudad y dice:

Ya estoy dentro de ti, y a todas horas

En ti me muevo, nueva lengua tuya,

Roma en la noche oscura voz de fuente,

Roma en la luz, clara canción del día (9)

Y sigue caminando por esa escalinata, dialogando con la ciudad y con los personajes, donde su lengua se vuelve al italiano por momentos y hay un diálogo bilingüe, donde él mismo se presenta al final del poema como “Un hijo de los mares gaditanos /Nieto de Lope, Góngora y Quevedo.”(9) (10) (11)

La escritura de Alberti después del largo viaje de la vida y del exilio ya se había transformado y lejos estaba de aquellos versos que ganaron el premio nacional de poesía en 1924 con Marinero en Tierra, donde el símbolo era el mar, hoy el símbolo es caos y la libertad usados en esos recursos como la prosopopeya, la metonimia el símil, y en los siguientes poemas, la estridencia, el abigarramiento, y la confianza en ese caos, en este desorden que Roma le ofrecía.



Pero hablemos de la estética general de este libro, que por momentos es clásica, en los sonetos y por momentos transgresora e irónica en los versos sueltos o poemas escénicos, donde por ejemplo nos dice: ¡Oh ciudad mingitorio del Universo! (9) Y este tema del “mingitorio” lo toca en varios poemas, donde se diluye la frontera entre el buen y el mal gusto que son claramente manifestaciones de la transgresión y la contracultura de los 60 y que el autor usa como denuncia de ese caos y de la decadencia de ciudad en esa época. Vemos el uso de ritmo y la repetición, del exceso, del caos, la inestabilidad y el cambio, de la denuncia y la ironía en pinceladas de la Roma viviente de los años 60.



Imaginemos una postal de la ciudad de Roma, una imagen, por ejemplo de la Roma de Fellini, en cuyas hermosas plazas conviven los personajes de su historia traídos al siglo XX entre motocicletas, gatos, lagartijas, ratas, lobos, y perros. Ahí nuestro sujeto poético conviviendo con esa ciudad. Porque más allá de lo construido, de lo objetivo y de lo material, cada ciudad es una suma de imágenes, vivencias, colores, luces, atmósferas, situaciones, personajes, olores y sabores y cada persona percibe su ciudad según su experiencia personal y subjetiva. Así también sucederá con el lector al acercarse a este libro.



¿Cómo es entonces la Roma que ve Alberti en ese período entre 1964 y 1967 cuando escribe este libro?

Pues, habrá que descubrirla en la lectura de Roma, peligro para caminantes, un libro escrito desde el exilio, donde esa fértil inestabilidad de la lengua poética de Alberti, perpetuamente inestable, cambiante, en movimiento entre lo propio y lo ajeno, entre lo circunstancial y lo universal, entre lo mental y lo corpóreo, fruto de esos años de exilio, de codearse con otras culturas y otras realidades, se refleja en la forma y en la tonalidad de su nueva lírica, así como en la historia editorial del libro, escrito en Roma y publicado en México por la editorial del hijo de un exiliado republicano.

En este laberinto que es una especie de uróboro que se completa, y se abre una vez que el poeta vuelve a España en 1977 y declara que su corazón no albergaba rencor: al decir "Me fui con el puño cerrado y vuelvo con la mano abierta" (12)

Roma peligro para caminantes, un libro que vale la pena descubrir o releer con otros ojos, es también un símbolo de la literatura desde el exilio.






Reflexión: El exilio.


Al leer este libro que el Poeta Español dedica a la ciudad de Roma que le abre los brazos y lo recibe a pesar de esa decadencia que él mismo denuncia, y especialmente al leer el primer soneto que le dedica a Belli, surge en mí la necesidad de hablar sobre el exilio.


Lo que dejé por ti. Rafael Alberti
faximil 2da edición, Malaga, revista Litoral


En este soneto en el que el autor demuestra la nostalgia por todo lo dejado atrás, en ese casi cuarto siglo en el río de la plata, surge en mí una inquietud de hablar del tema del exilio como agente modificador del humano y de la cultura.

Porque el exilio en este caso político no es solo un problema político, es un problema humano y del vacío que ese exilio deja o abre en el interior del exiliado.


El problema es el desarraigo, la nostalgia por su tierra, su cultura, sus amistades, sus costumbres, que en este caso se dio en varias oportunidades y comenzó en su primer exilio de su pueblo natal, luego exiliado de España y exiliado por segunda o tercera vez desde argentina. Después de haber vivido casi un cuarto de siglo en ella, y haber pasado por el período del aprendizaje de nuevos códigos y de los nuevos rituales de la memoria otra vez se produce esa pérdida ese desgarramiento y otra vez se deben crear nuevos rituales para conservar los lazos con el pasado. Es un choque psicológico frontal, que rompe los esquemas de cualquier humano y que no todos pueden soportar.



Pero no nos centraremos hoy solo en esa parte negativa y dolorosa del exilio, sino en aquella que enriquece de alguna manera al ser humano y a la cultura. Porque frente a cualquier fuerza negativa, hay una contrapartida positiva que genera un equilibrio. Entonces frente al desarraigo, a la impotencia, a la pérdida por la persecución y en la huida en pos de salvar sus vidas , tanto el poeta como su familia, dejaron una huella donde estuvieron, dejaron una herencia rica en vivencias, en amigos, en producción literaria, y se llevaron de cada lugar sus rituales, sus imágenes, y sus voces.

Y hablando justamente sobre el exilio, con un amigo, me trajo a la memoria el poema Ítaca (13) de Cavafis del que cito:



Ten siempre a Ítaca en tu mente.

Llegar allí es tu destino.

Mas no apresures nunca el viaje.

Mejor que dure muchos años

y atracar, viejo ya, en la isla,

enriquecido de cuanto ganaste en el camino

sin esperar que Ítaca te enriquezca.



El exilio es, a pesar de su dureza, a pesar de ser una figura dolorosa, además una forma de ganarle a la prepotencia, a la soberbia, a la impunidad, sumando a la cultura del mundo, dispersando la semilla de la inteligencia, de la creatividad y la sensibilidad, Porque nunca podrán matar ni desterrar totalmente a un creador. La prueba está en que los muertos y los exiliados hoy son mártires y creadores recordados.

El arte es y seguirá siendo una manifestación del espíritu y de la mente humana imposible de exterminar.

Si somos o fuimos exiliados de un país, de una región, de un grupo, sea cual sea la razón, tratemos de encontrar algo desde donde florecer como lo hizo Alberti, encontrando en cada lugar donde estuvo, a otros humanos en cuales sostenerse, otros en donde verse, otros para ser su voz.



Y recordemos que en la literatura o en el día a día, existe una maravilla que la vida nos otorga y que debemos celebrar: el otro.



Sandra Gutiérrez Alvez

-Patio de poetas-

 


Datos recopilados

 Fuentes

Históricas:

(1-4)https://es.wikipedia.org/wiki/A%C3%B1os_1960

(5)https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_Argentina_entre_1963_y_1983

(6)https://es.wikipedia.org/wiki/Rafael_Alberti

(6.a) https://www.cervantesvirtual.com/portales/rafael_alberti/cronologia/

(7) https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/alberti_rafael.htm

(8)https://www.publico.es/culturas/cortijo-andaluz-alberti-exilio-uruguayo.html

 

Literarias:

(9) Alberti, Rafael, Roma, peligro para caminantes. https://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?id=1026258

 (10)https://fh.mdp.edu.ar/revistas/index.php/celehis/index (Rafael Alberti, Caminante en Roma, Marta Villarino-

(11)http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.2848/ev.2848.pdf (Roma, peligro para caminantes: La representación de una ciudad

en estratos, Ester Hernández Palacios)

 (12) https://cvc.cervantes.es/actcult/alberti/obra/fundacion.htm

(13) Cavafis, Constantino (1863 - 1933), Ítaca.



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